Ser sostenible significa mucho más que una opción estratégica al haberse convertido en una necesidad para alcanzar un impacto positivo a todo nivel y, en forma paralela, crear esa conexión tan necesaria con los consumidores.
La creación de una cultura empresarial sostenible y responsable, que en vez de hacerla a un lado, afronte el reto de contribuir a mejorar el medio ambiente y el ambiente natural, es una apuesta que habla por sí sola del tipo de organización que se quiere desarrollar y de aquellos que la conforman.
Evidentemente, la parte cultural siempre es difícil de definir y de abordar. Aun así, todas las acciones, incluso aquellas que parecen pequeñas, pueden tener grandes repercusiones y dar origen a resultados positivos. Por eso, compartimos cinco recomendaciones que pueden ayudar a que tu organización avance en el proceso de una cultura empresarial sostenible:
Creatividad e interacción
Una parte clave en toda innovación es la forma en que se presenta la idea y de cómo se vuelve atractiva para los interesados. Hoy en día, no es necesario crear grandes piezas escritas que explican los diferentes cambios, sino que con recursos visuales, en redes sociales o prácticas que promuevan la interacción de los empleados, gerentes y directivos, la idea tendrá un mayor y mejor alcance.
Compromiso y valoración
En una organización siempre será muy valioso contar con un líder que valora y le da la importancia que merece a la gestión de los aspectos sociales y ambientales que formen parte de un entorno empresarial competitivo. Este debe de ser el punto de partida para la construcción de una cultura con bases sólidas que no dependa de una temporalidad.
Conexión con los valores
Una organización que no es capaz de proyectar, ante el mercado y sus clientes externos e internos una serie de valores, no tiene garantía de éxito. Este, sin duda, es uno de los retos más grandes y que exige que cada colaborador refleje, con sus palabras y actitudes, el compromiso que la organización quiere proyectar ante los demás.
Un trabajo de todos
“Ningún jugador de un equipo es tan bueno como todos juntos” dijo Alfredo Di Stefano, reconocido entrenador deportivo. Esta frase aplica a la perfección al describir la importancia de involucrar en los procesos a todos los empleados. Si tus colaboradores sienten que son parte de un conjunto y les otorgas responsabilidades, “se pondrán la camisola” y se sentirán parte del éxito.
Estilo de vida saludable
Si los empleados no ponen en práctica hábitos saludables en su vida personal, no es posible que reflejen esto a nivel laboral. Todo lo que sucede “tras bambalinas” tiene un impacto indirecto en la cultura corporativa de la organización.
En cambio, si la empresa internamente promueves actividades, no solo deportivas, sino recreativas y divertidas, dejarás en tus colaboradores la inquietud de realizar estas y otras en su tiempo libre. Esto se reflejará en su rendimiento laboral.